Editorial Foro Nº 67

Isabel Alvarado Cabrero

 La Jubilación (y el grito de Munch)

“No basta dar pasos que conduzcan a una meta; es preciso que cada paso sea una meta, sin dejar de ser un paso” (Goethe)

La vida está siempre allí, llena de mares, bosques, montañas, pájaros, flores, inmutable, con una fuerza intrínseca poderosa. También estamos los hombres, ajenos a todo, trabajando día a día, pero con la ilusión de que llegará el momento de encontrarnos con ella.

La palabra jubilación proviene del latín “iubilare” y significa, gritar de alegría, pero, ¿es así como concebimos lo que implica dicho término?. Demos un vistazo a las frases populares que se refieren al mismo y las dividiremos en dos grupos, las buenas y las no tan buenas.

Las frases buenas “paso a un futuro mejor”, “disfrutar el tiempo libre”, “aprender a disfrutar la placidez de la vida”, “hacer lo que te agrada”, “ la pausa para el café más larga del mundo”

Las frases no tan buenas “término de una vida”, “ser demasiado viejo”, “cierre del mundo laboral”, “no ser apto para…”. Al final del día, estoy de acuerdo con lo que opina Mafalda, “ a medio mundo le gustan los perros; y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau”.

Si me pidiesen que escogiera una obra pictórica que representara mejor el término opuesto a  jubilación  seleccionaría, “el grito” de Edvard Munch, dicho lienzo es abundante en colores cálidos de fondo, luz semiobscura y la figura principal es una persona en un sendero con vallas que se pierde de vista, fuera de la escena. Esta figura grita con una expresión de desesperación. El cielo parece fluido y arremolinado. ¿no es así como transcurrimos nuestra existencia antes de que nos liberen de nuestras labores?

La clave reside en encontrar un trabajo que nos guste para así no trabajar ni un solo día de nuestras vidas (Confucio). No hay que esperar a jubilarnos para descubrir la vida, todo está allí a nuestro alrededor, todos y cada uno de nuestros días pueden ser una fiesta, pero nos han domesticado, nos han convertido en arquetipos programados para creer que debemos transcurrir la vida cargando una losa (trabajo), para luego alcanzar la tan ansiada jubilación y disfrutar de la vida y qué tal que ésta nos juega una broma y antes de tiempo la losa se convierte en nuestra lápida?

Una de las historias más tristes es la de Martín Salomé quien a sus 49 años de edad debe preparar su pronta jubilación, ya que su vida cotidiana es gris y aburrida, un día terminaron los días grises de Martín, cuando apareció en su vida el amor a través de una jovencita de nombre Laura Avellaneda, llegó el día de su jubilación, por fin estaría todo el día con su amada sin que ambos tuviesen que trabajar. Avellaneda no apareció más, había fallecido (“La tregua”, Mario Benedetti)

Que cada día nuestros pasos nos conduzcan a una meta principal, vivir hoy, con todo el regocijo que podamos, recordar que amar la vida a través del trabajo es intimar con el recóndito secreto de la misma (Khalil Gibran) y que nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.

Finalmente, que Sainte-Beuve me perdone pero haré un pequeño cambio a una de sus frases célebres y sustituiré envejecer por jubilación:

“La jubilación es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo”

 

 

Dra.Isabel Alvarado Cabrero
Jefa del Servicio de Patología
Hospital de Oncología, Centro Médico Nacional
Siglo XXI, IMSS

 

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4 Comentarios

  1. Dr. Jorge Ernesto Valdez García, Sonora, México.

    Profundo, querida amiga, bastante profundo. Creo que muchos compartimos este tipo de sentimientos que nos llevan a sube y bajas. Por lo pronto, no esperemos a que se nos muera la Avellaneda. Disfrutemos aún más.. Y es cierto: Quino era sabio…despúes de tanto años, aún no sabemos la traducción de «guau». Te mando un gran beso desde Navojoa.

  2. Isabel Alvarado Cabrero

    Gracias por tu comentario mi querido Jorge y por conservar siempre una sonrisa para todos
    Un abrazo
    Isabel

  3. Gran invitación para leer no solo textos de Patología. Y si me permite agregar, mi padre aprovechaba cada momento, situación sin esperar a que llegara su jubilación, era médico, y obvio, no logró jubilarse con tantos conocimientos y experiencias recabadas por tantos años de ejercicio profesional. Pero llegó el temor de muchos y se lo llevó en una semana, pero aún así aprovechó el tiempo, siempre le sacó lo mejor que pudo a su vida. Saludos maestra.

    • Isabel Alvarado-Cabrero

      Mi querida Lillian,
      Gracias por compartir esta vivencia con todos, has plasmado aquí el amor y admiración hacia tu padre,
      desde hoy ese recuerdo será también mío y de todo aquel que aprecie el que un ser humano abra su corazón y nos deje escuchar su melodía.

      Un fuerte abrazo
      Isabel

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