Editorial Nº 90

Jaime Arturo Mejía, MD IFCAP
INSTITUTO DE PATOLOGÍA CALI, COLOMBIA

respice post te, hominem te esse memento

El triunfo romano era una ceremonia que los antiguos celebraran con gran pompa y circunstancia. Nada tenía que ver con un partido de fútbol o calcio, para ser más exactos histórica y lingüísticamente. El agasajado, generalmente, perdonen la redundancia, un general romano, que regresaba de masacrar bárbaros, recibía honores mil y la admiración de la multitud que exudaba minestrone desde esas remotas épocas, las calles atestadas de romanos; todavía no se inventaba el calcio, el Tino no llegaba al Parma. Un esclavo, sosteniendo una corona de laureles sobre la cabeza del héroe, le susurraba al oído: “respice post te, hominem te esse memento” que es la forma latina de decir “mirá para atrás, no sos más que un gil”-un esclavo que hable lunfardo, por ejemplo.
 

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Uno de los grandes sueños de la humanidad es modificar a su voluntad el entorno que de manera implacable nos impone la naturaleza. La conquista del fuego, el aire o la medicina son pasos esenciales que nos han permitido ser la especie dominante en el planeta. Pero, existen todavía, varios aspectos que se han mantenido inalterables, uno de ellos es el material genético.
La historia de nuestra especie está marcada por una progresión evolutiva y técnica para intentar crear un sistema que cada vez dependa menos de los procesos azarosos, como las inclemencias del tiempo o en su grado final, la determinación genética.

2 Comentarios

  1. Felicidades a Jaime Arturo Mejía por un ensayo breve y divertido, además de informativo sobre el ejercicio de la heurística en la práctica de la Patología diagnóstica. Para los que llevamos años en el oficio, los sesgos mencionados son viejos conocidos de la mafia que se empeña en socavar la tarea de los patólogos.

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