Editorial Nº 93

PATOLOGIA LATINOAMERICANA: DIVERSIDAD, CONTRIBUCION AL CONOCIMIENTO CIENTIFICO Y LAS BUENAS PRACTICAS EN LA ERA DE LA PATOLOGIA MOLECULAR

Desde las primeras descripciones celulares de Virchow en su primigenio microscopio unilocular hace más de treinta lustros, hasta las modernas técnicas moleculares de detección de sutiles mutaciones, la motivación y pasión por entender cómo funciona el cuerpo humano y como se altera su compleja homeostasis, han sido los pilares de esta búsqueda de la verdad. Así como en otras partes del mundo, en Latinoamérica, esa pasión ha contribuido al conocimiento de diversas enfermedades propias de nuestra región. Solo como ejemplos, podemos mencionar a la enfermedad de Carrión, el fenómeno de Arias Stella o los desórdenes linfoproliferativos de células T/NK asociados a EBV, entre otras propias de la región.

En ese sentido, debemos seguir en el empeño de investigar nuestra casuística y describir las peculiares manifestaciones de nuestras enfermedades. La divulgación de reporte de casos no es menos importante pues es la única manera de conocer y entender de mejor manera situaciones inusuales, al compararlos con reportes semejantes de otras partes del mundo.

Es así como el foro de la SLAP cumple una misión fundamental:  contribuir con la educación de los patólogos latinoamericanos y divulgar conocimiento de nuestra patología. La idea de la actual junta directiva es ampliar más las acciones de nuestra sociedad, además de la constante labor educativa con el foro y los congresos latinoamericanos, queremos ser capaces de asesorar técnicamente el funcionamiento adecuado de los laboratorios de anatomía patológica de nuestra región, con certificaciones otorgadas por la SLAP, que sean producto de comités de expertos.

De esta manera, queremos que la labor de nuestra especialidad en Latinoamérica sea óptima y llegue a cumplir con estándares mínimos de calidad. Sabemos que la tarea es ardua y que todavía tenemos que lidiar con las buenas prácticas, incluso desde la fijación tisular y con la actitud de algunos, menos mal, ya pocos colegas que piensan que hay especímenes quirúrgicos que no necesitan estudio anatomopatológico (vesículas con colecistitis, apéndices con apendicitis, etc.) o que creen que el patólogo no necesita mayores datos clínicos para evitar que “influya en el diagnóstico”, entre otros problemas.

Si nos ponemos como objetivo colaborar con la implementación de normas de calidad en nuestros laboratorios, con el cambio de mentalidad y de los viejos paradigmas, habremos contribuido también con la investigación y el diagnóstico molecular en épocas del tratamiento personalizado. Sin una adecuada labor en patología, cualquier método molecular, por mas sofisticado que sea, será inútil.

Creemos también que el próximo Congreso Latinoamericano de Patología a desarrollarse en la ciudad de Lima en 2019, debe incluir foros de discusión de los problemas que existen en nuestros países para un trabajo óptimo en los laboratorios. Esperamos ideas y contribuciones de parte de nuestros colegas. Deseamos también un prometedor y excelente año 2018 para la patología regional, para los patólogos latinoamericanos y para el personal no médico que labora en esta apasionante especialidad.

Dr. Carlos Barrionuevo Cornejo
Pdte. SLAP 2017-2019

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Un comentario

  1. Muy interesante reflexión. De hecho, pienso que un tema inicial en el que todos coincidimos, amén de esa multitud de temas que requieren atención en el ejercicio de la patología moderna, es la necesidad de promover nuestra especialidad como una pieza fundamental para el bienestar de los pacientes, el buen desempeño de la responsabilidad médica y el concurso de los administradores e industria (¿por qué no?). Uno puede tomar como ejemplo las estrategias que han seguido cuerpos colegiados como la Royal Society of Pathologists tanto en el Reino Unido como en Australia, o el mismo College of American Pathologists, con el que estamos cobijados muchos colegas hispanos: se promueve el Día Internacional del Patólogo, se producen materiales promocionales impresos y de vídeo, redes sociales, para pacientes y colegas. Qué se promueve? La especialidad, esa especialidad invisible, ignota, intocable, desconocida. Hay también políticas de pasar a un modelo de informe, nuestro producto, por decirlo de algún modo, como un instrumento de comunicación multipartita, en el que se vierte no solo el diagnóstico sino también las incertidumbres y la necesidad de concurso multidisciplinario, la integración de la información, y la importancia de la participación del paciente, incluyendo, qué interesante, el ofrecer al paciente nuestra opinión directa, en casos sui generis. Lo que algunos defensores, como Tim Allen, han llamado «patient-centered report». Sin duda alguna, la subespecialización, que abarca esas áreas cuasiesotéricas de la patología molecular, y la informática, es necesaria, pero la realidad de nuestros países debe entrar en consideración. El segundo escenario, hemos discutidos algunos en Colombia, es la Universidad, tanto en pregrado como postgrado. Los estudiantes de medicina tienen, y eso cada vez menos, una inmersión en la patología, llamémosla, de «Robbins», pero no en la especialidad diagnóstica, y en el caso de los residentes que serán los consumidores del futuro, es peor. Necesitamos intervenir esos espacios estratégicamente. Estos son esfuerzos que en Sociedadades, Asociaciones, y Sindicatos podemos liderar a través de planteamientos estratégicos, declaraciones formales, documentos, y apoyo efectivo en defensoría («advocacy») para cada territorio, donde, con plena seguridad, llueven las mismas aguas. Jaime A. Mejía, MD (Cali, Colombia).

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