Las preguntas del cuerpo (o la dignidad del hombre)
¿Qué es el cuerpo humano?, ¿cómo se nombra?, ¿cuál es su valor?
Lo que digamos sobre el cuerpo humano y su valor, orienta de modo decisivo nuestra comprensión y valoración de todo ser humano. El valor del cuerpo es inseparable de lo que representa el cuerpo, que es un ser en desarrollo. El cuerpo vale por lo que es y puede llegar a ser.
Carne y alma son términos intercambiables para designar al ser humano. Ambos convergen y destacan por su vitalidad sutil e intrínseca. Ambos son asiento de ideas y pensamiento. El mismo cuerpo humano entraña algo más que cuerpo. De ahí la dicotomía, “alma” y “cuerpo con vida”
El hombre es un microcosmos que aúna cualidades y órdenes de diversa complejidad. El singular microcosmos humano es una síntesis hermosamente ordenada del universo. El concepto de persona se ha utilizado normalmente como fundamento de la dignidad humana. El motivo de tal fundamentación está en querer asentarlo sobre unas bases que están más allá de lo puramente natural y biológico, es decir la voluntad de fundamentarlo en lo racional.
Kurt Bayertz ha distinguido tres conceptos de dignidad o variaciones que se han dado a lo largo de la historia: 1. El pensar, 2. La perfectividad o creatividad y 3. La autonomía moral. Para Aristóteles la vida es auto organización debida a un principio, que en todos los vivientes es el alma.
Para el Santo Tomás de Aquino el alma forma una unidad en ella misma y con el cuerpo, de tal manera que el alma separada tiende al cuerpo y mientras vive fuera de él no es considerada persona. Como podemos ver el describir qué es el cuerpo humano, qué es el hombre, qué es la dignidad son concepto en extremo difíciles de entender-
Lo que más, me preocupa es el pensar si la definición de estos conceptos aplica al cuerpo enfermo. No puedo ignorar a esos seres empequeñecidos por la enfermedad, con la cabeza enclavada en sus hombros, sentados en sus sillas de ruedas, inánimes.
De acuerdo con algunos autores los criterios para ser un humano, es tener inteligencia, conciencia de si mismo, autocontrol, sentido del tiempo y sentido del futuro. Si estos seres olvidados de vez en vez en los pasillos de los hospitales, no tienen una sola de esas cualidades, me pregunto primero ¿qué son?, ¿podrá aplicar el concepto de dignidad, tal y como aquí lo hemos descrito?
Traté de buscar respuestas y, me encontré con algo en donde Juan Pablo II decía que el ser humano no pierde su dignidad con la enfermedad o con la vejez, «la medicina se pone siempre al servicio de la vida». Aunque esté motivada por sentimientos de una malentendida compasión o de una malentendida dignidad que hay que preservar, la eutanasia en vez de rescatar a la persona del sufrimiento, la suprime, comentaba también el Sumo Pontífice.
Me quedé más confundida, y es que creo, que habrá de trabajarse más a fondo en este tema, ya que a pesar de lo que se diga, el concepto de cuerpo humano, ser humano y dignidad del cuerpo, no abarcan con profundidad a estos «mis pequeños seres, en sus carritos de ruedas».
Tal vez, el trabajar en ello, podría redundar en la creación de otros conceptos, o de olvidar el cuerpo, y tratar de reanimar el alma que todavía está allí.
Uno de los seres que más he amado, fue mi abuela materna, permaneció una eternidad postrada en una cama, víctima del Alzheimer, un buen día se me ocurrió visitarla, la tomé de las manos, hablé con ella y le dije que tenía que partir. Al otro día, lo hizo.
Hermosa y humana reflexión. La referencia personal la hace todavía más human y entrañable.