La caraqueña, es una canción que fue símbolo de la resistencia Boliviana ante la dictadura militar allá por los años 70 en donde el régimen militar expulso a muchos Bolivianos a otros países, esta gente como podemos imaginar, escapó con lo que pudo y como pudo, en principio solos y luego con la familia. Entre ellos, un maestro y músico compositor llego a Caracas y escribió una canción llamada la caraqueña, que en su letra dice lo lejos que esta, su ansiedad, su rio y su sol y las ganas de volver. Termina diciendo, que no hay mal que dure cien años.
En ese tiempo, Venezuela, fue un refugio muy importante de gente exiliada de países provenientes de Chile, Perú, Argentina y Bolivia que escapaban de los regímenes Militares. Allí fueron tratados de la mejor manera, acogidos como verdaderos hermanos y con todo el cariño que es propio de esa gente, esa gente maravillosa, que no escatima nada por el prójimo y que derrocha generosidad.
Hoy con mucha pena, veo la migración de ese pueblo, gente que sale de su país como puede, vive donde puede y trabaja de lo que puede, escapando a un régimen que ha llevado a una crisis muy grande a toda una gloriosa nación.
Gracias a Dios, el gobierno de Argentina y creo que también el de Perú, están ayudando a los profesionales en salud, con el fin de que puedan legalizar su situación de una manera adecuada.
Creo que la SLAP a través de sus miembros, deberíamos ayudar a nuestros hermanos patólogos venezolanos que se encuentran escapando de su patria. La situación para algunos es prácticamente dramática y en su proceso de escapatoria tratan de llevarse las cosas materiales necesarias, pero como dejan algo muy importante, toda una vida y parte de su familia, peor aún, en algunos casos, sin un destino fijo.
Sería ideal si se puede ayudarlos hasta que puedan arreglar su situación legalmente en donde sea el lugar que lleguen. Es gente muy valiosa con un muy alto nivel de estudios y gran valor humano.
Creo que una persona puede caminar rápido, pero el trabajo del grupo llega lejos y hace cosas maravillosas. Es momento de nuestra solidaridad con nuestros hermanos y mostrar la grandeza de nuestra Sociedad, y hoy, si estoy convencido que los médicos somos unas personas especiales, que basta mirarnos para reconocernos, pero los patólogos somos maravillosos, porque esencialmente somos gente sencilla y de un gran corazón.
Mucha fuerza a los hermanos venezolanos, decirles que no están solos, no es fácil lo que les está pasando, pero tienen que saber que hay una gran familia detrás de ellos.
Este es un tema complejo. No tengo dudas sobre nuestro deber humanitario de acoger al que huye de las condiciones de persecución y pobreza.
Los refugiados, sea cual fuere su condición. En Colombia, vecinos de Venezuela, tenemos un éxodo, o más bien, un ínxodo (qué va, no existe) de
hermanos venezolanos. Los exiliados llegan con sus cargas, buenas, y malas. Se cuelan algunos desadaptados, no hay duda. No por eso debemos
juzgar a todos o excluirnos de extender una mano humanitaria generosa. Pero toda buena acción tiene su castigo, y hay matices. La situación laboral,
contractual, y de calidad médica en Colombia está en crisis. Además, de los fenómenos de no pago, la pauperización del gremio, y la criminalización
del acto médico, tenemos un abuso sistématico, asimétrico por parte del sistema y sus agentes. Estos intermediarios del negocio de la salud han visto
en la mano de obra profesional exiliada del país vecino un botín de explotación que se aprovecha de su condición precaria para contratarlos por mucho menos
de lo que usualmente gana un profesional acá, que ya, de por sí, es muy poco. Por otra parte, es necesario poner orden en la casa, y establecer las
reglas de certificación, licenciamiento, y verificación de credenciales, como en cualquier parte para que, cumplidos esos mínimos requisitos, un profesional
se pueda establecer en nuestro país con «iguales» derechos y garantías. Esto, sin medrar, que nuestro hermanos venezolanos, patólogos, y médicos
que cumplan con ese deber son bienvenidos en condición de iguales para compartir estas oportunidades, que aunque magras, siguen siendo mejor
de lo que están viviendo, tristemente, en su país.
Agradecido de su noble gesto Dr. Sangueza a nombre de los Patólogos de Venezuela.
Muchos de nuestros jóvenes egresados han buscado nuevos rumbos huyendo de la plaga que hoy pretende sacar a los seres más preparados y con capacidad de crítica, sin embargo algunos se emplean en actividades no médicas y con míseras remuneraciones.
Muchos permanecemos prestando servicios diagnósticos a un dólar y estudios tales como inmunohistoquimica a menos de 20 dólares por panel con un Insólito deterioro de la capacidad de reposición de inventarios. El deterioro de equipos que no se pueden reponer es progresivo.
Es una tragedia que pasó a forzar la salida primero de profesionales , luego de técnicos superiores y medios, hasta principios de este año donde gente de condiciones sociales pauperrimas invaden a países hermanos con su carga de miseria y delincuencia algunos de ellos.
Es el producto del populismo militarista y comunista, mezcla de alta toxicidad social y económica.
Alertamos a México y Colombia ante la amenaza de estos depredadores del progreso.
Nuestra fe es inquebrantable a pesar de todo.
Venezuela saldrá adelante y se recuperará para que todos nos reencontremos.
Gracias a todos por su solidaridad.
Enrique López-Loyo MD PhD
Ex Presidente Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica 2002-2008.
SOY PATÒLOGA VENEZOLANA CON MAS DE CUARENTA AÑOS COMO ESPECIALISTA Y HEPATOPATÒLOGA, Y LO QUE ACABO DE LEER
ME HA CONMOVIDO PROFUNDAMENTE…….AGRADEZCO EL EDITORIAL…….
Asi como en el pasado venezuela recibio a muchos chilenos con los brazos abiertos, hoy tenemos a muchos colegas venezolanos aportando con su experiencia en los hospitales de Chile. Aca en Puerto montt, son el 20% de la planta asistencial y estamos agradecidos de que llenaran el vacío de especialistas que teníamos. En las conversaciones se nota cuanto extrañan su tierra. Ojala que los hermanos Venezolanos puedan tener pronto la paz y democracia que les permita vivir tranquilamente. Les dejo una nota de prensa de este lunes 19, donde se le rindió un homenaje por su trabajo a los migrantes en el hospital de puerto montt. Un abrazo
http://www.ellanquihue.cl/impresa/2018/02/19/full/cuerpo-principal/4/
http://www.hospitalpuertomontt.cl/index.php/prensa
María Ángela Puzzo
Soy Patóloga de Buenos Aires, Argentina. Deseo felicitarlo Dr. Sangueza por su sentimiento solidario y fraternal en relación a los hermanos venezolanos. Nuestro país ha sido y sigue siendo generoso con toda la región Latinoamericana, recibimos pacientes para ser tratados y médicos que asisten para instruirse, hacer su carrera o su especialidad en nuestra patria.
Siento que es un deber moral, ayudarnos entre todos. Me uno a ese deseo. Nuevamente gracias por su concepto que emociona y gratifica el alma.
Soy medico patologa venezolana y es verdad, necesitamos ayuda. escasamente tenemos ya para comer, los servicios de Patología están cerrados y sin insumos. No se puede ejercer en privado porque los Seguros Médicos no cubren los costos y la población no tiene el dinero suficiente para pagarnos, la situación es critica. Me niego a irme de mi país pero en unos meses tendré que hacerlo como miles y miles de mis hermanos y colegas. Es duro ver las calles llenas de niños mendigando y comiendo de la basura en cada esquina. Oren por nosotros y que Dios nos ayude.