Tumor cerebral en estudio

Historia clínica
Paciente de sexo femenino con una tumoración parenquimatosa, frontal de 2 x 1 cm. Refiere visión borrosa y cefalea intermintente.


¿Cuál es su diagnóstico?

 


DIAGNÓSTICO:

Cisticercosis cerebral

Comentario:

La cisticercosis es causada por la forma larvaria de la Tenia Solium y puede afectar a diferentes tejidos del organismo. Se adquiere al ingerir los huevecillos de T. solium, que después eclosionan en el intestino. Los embriones liberados (oncosferas) penetran a la mucosa intestinal, logran llegar al sistema circulatorio y se establecen en tejidos solidos donde se desarrollan hasta meta- cestodos (cisticercos), desplazan a estructuras normales y generan inflamación a su alrededor.

En el ser humano, los cisticercos se localizan con mayor frecuencia en los músculos esqueléticos, sistema nervioso, ojos, tejido graso subcutáneo y corazón. Cuando el cisticerco se localiza fuera del sistema nervioso central, suele ser asintomático, mientras que cuando se aloja en el sistema nervioso central, las manifestaciones clínicas dependerán del numero de parásitos y de sus localizaciones, así́ como de la extensión y severidad de la respuesta inflamatoria del huésped.

En el sistema nervioso central los parásitos se pueden alojar en el espacio subaracnoideo, en los ventrículos cerebrales y en el parénquima (forma parenquimatosa del encéfalo y medula espinal).

Aunque es indudable que las modernas técnicas de neuroimagen han contribuido significativamente al diagnostico clínico de la neurocisticercosis, el diagnostico definitivo lo establece la identificación del parasito en una muestra de tejido obtenida por biopsia o durante la autopsia.
Cuando la muestra es enviada al estudio anatomopatologico, generalmente se observan estructuras membranosas. Estas estructuras se halla formada por tres capas, la más externa, la cuticula, sincitial, festoneada, en la que se pueden identificar vellosidades (microtricas), cubierta internamente por una capa eosinófila, glicocálix, que la adhiere a la capa intermedia; en ésta se aprecian elementos linfoides que se disponen en grupos o en hileras. La tercera capa, la más interna, capa reticular, es la más prominente, laxa, en la que estructuras fibrilares se entrelazan con canalículos y corpúsculos calcáreos, redondos u ovales y, en ocasiones, fragmentos polimorfos irregulares como si se tratase de material almacenado. Sin embargo, esta descripción que corresponde a un cisticerco viable, cambia cuando la membrana procede de un quiste que ha evolucionado a etapas ulteriores. Si la larva del quiste quedó incluida en la muestra, es necesario hacer cortes seriados para identificar el escólex, las ventosas y la corona de ganchos.

Bibliografia.-

1. Clinton W. Neurocysticercosis: Updates on Epidemiology, Pathogenesis, Diagnosis, and Management. Ann. Rev. Med 2000;51:187-206.
2. Garcia H, Martinez M, Gilman R, et al. Diagnosis of cysticercosis in endemic regions. The Lancet 1991;31: 549-551.
3. Takayanagui OM, Odashima NS. Clinical aspects of neurocysticercosis. Parasitol Int. 2006;55(suppl):S111-S115.

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Dr. Rodolfo Guzmán Cervantes . Dra. Ana Castro Montero
1Especialista en Anatomía patológica, Hospital San Juan de Dios. San José, Costa Rica. 2Residente de Anatomía patológica, Hospital San Juan de Dios. San José, Costa Rica.

3 Comentarios

  1. Aparentemente es una lesión quística benigna , de origen inflamatorio, como un absceso o una dilatación vascular con reacción inflamatoria.

  2. Lesión quística no tumoral. Parasitaria? Infecciosa?

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