Juicio absolutista (métodos de pesquisa)
Tendemos a ser implacables en nuestros juicios, contundentes; culpable o no , sirve o no sirve y rara vez nos colocamos en el justo medio, no sé de dónde hemos aprendido esta conducta, lo cierto es que del universo no, ya que éste nos ofrece una gama de colores.
El concepto de verdad absoluta es un tema filosófico sumamente debatido, así, hay quienes afirman que Dios no existe pero no son capaces de exponernos sus pruebas. Partiendo de lo anterior quisiera preguntar a todos aquellos que han setenciado a muerte al Papanicolaou cérvico-vaginal , cuál es su alternativa perfecta de pesquisa en este rubro, principalmente en aquellos países en donde se destina tan poco dinero para los temas de salud. Considero que antes de hacer juicios con respecto a cualquier metodología debemos documentarnos para que nuestro decir no contamine a quien nos rodea, máxime si son personas en formación.
Pues bien, el Papanicolaou cérvico-vaginal es una consulta médica cuyo objetivo principal es el detectar lesiones precursoras de alto riesgo, su papel no es el de dictaminar un diagnóstico concluyente y/o un tratamiento definitivo.
Fue una tarde nevada del mes de diciembre del año 1998 cuando un grupo de individuos entusiastas y con la experiencia suficiente se reunieron en Bethesda, Maryland y sentaron las bases de un sistema que con el tiempo habría de robustecerse y constituirse en un reporte completo, bien fundamentado e ilustrado, y me refiero el Sistema Bethesda que estandariza de manera extraordinaria la terminología que debe utilizarse en la interpretación del Papanicolaou cérvico-vaginal. Sus bases son tan sólidas que sus principios se han extendido a otros órganos y hoy ya tenemos la oportunidad de ser más precisos en nuestros reportes de biopsia por aspiración de tiroides, con el Sistema Bethesda para dicho órgano.
Conforme pasan los años, derivado de la investigación y del mejor conocimiento de las enfermedades, contamos con nuevos métodos que por supuesto son de utilidad, pero que no necesariamente desplazan a los existentes. Con respecto a la patología cervical contamos ahora con pruebas de detección del virus del papiloma humano (VPH), también con vacunas para combatir esta enfermedad, todo ello ha sido tomado en cuenta y es por ello que ya apareció la tercera edición del Sistema Bethesda para citología cervical.
Todo proceso está ligado a una cadena de eventos y del funcionamiento correcto de cada evento dependerá el éxito en los resultados y así volviendo al Papanicolaou cérvico-vaginal, no es que no sirva, lo que sucede es que se debe vigilar en forma constante la calidad con la que cada persona que participa en el proceso de detección oportuna del cáncer cérvico-uterino hace su trabajo.
Algunas escuelas proponen quedarse tan sólo con las pruebas de evaluación para detectar virus de papiloma humano principalmente de alto riesgo, y aquí podemos preguntarnos, ¿son esas pruebas infalibles?,¿ que hay de aquellos casos en donde la prueba es positiva al VPH pero no hay lesión en el cérvix?. Como toda metodología estas pruebas deben sumar y no restar, deben practicarse en circunstancias especiales y así hay lineamientos que lo determinan.
Dicho lo anterior, el papanicolaou cérvico-vaginal, sigue siendo un buen método de detección de lesiones cervicales de alto riesgo, no hay que denostarlo y menos en poblaciones en donde la cultura de prevención es casi nula.
Un segundo juicio absoluto se ha gestado a través de los años con respecto a otro método de pesquisa y me refiero a la mastografía, grandes debates se han librado y de manera contundente en artículos científicos e incluso en los diarios se ha señalado la frase, “la mastografía no salva vidas”
De nueva cuenta, la mastografía no va a evitar el que un cáncer se desarrolle o no, pero su propósito fundamental es la detección del cáncer cuando su tamaño es todavía pequeño. El ser humano usa y abusa, y en su abuso se ha visto en países desarrollados que se gasta más haciendo biopsias de lesiones benignas detectadas “a causa” de la mastografía, eso es cierto, pero no aplica a todo el mundo,
El cáncer de mama representa la principal causa de muerte en las mujeres por una neoplasia maligna y en nuestra latinoamerica, la paciente acude a consulta en etapas avanzadas, cuando el tumor es tan grande que resulta difícil de combatir en virtud de las múltiples clonas que le conforman, quisiera entonces que un día de tantos nos enteremos que la mastografía se está realizando en la gran mayoría de las pacientes como método de pesquisa y no en coberturas inferiores al 20%.
El tema de la verdad absoluta es también difícil de abordar y es defendido desde muchas perspectivas, pero no creo equivocarme al decir que una verdad absoluta es que los individuos tienen derecho a la salud universal y que el o los métodos de detección que no sirven son los que no se llevan a cabo.
Buen debate con la reiterada sindéresis argumentativa de la línea editorial que maneja.
Me mueve la recordación de la última reunión que mantuvimos con el ministerio de salud de colombia, donde la argumentación de la epidemióloga que soportó la propuesta contra el PAP en tamizaje fue: «que la realización de la toma vulnera el pudor de la mujer». No hubo aplauso, pero si la penosa aquiescencia de muchos incluidos ginecólogos oncólogos. Y fue incluida la prueba para VPH en las guías de tamizaje cervico-uterino como el remplazo del PAP pese a la argumentación de los costos, el acceso y del impacto logrado en años de aplicación del PAP. Les movería el interés por la salud?, ha sido siempre la pregunta que me ha quedado con una tácita y algo desconsolante respuesta.
Qué cosas! Esa anécdota no la conocía, ahora están levantando piedras para el costeo de la prueba en un sistema quebrado y mala-paga. Increíble.
Las verdades absolutas eran parte del menú que los patólogos vendíamos hace años en las Facultades de Medicina. Esa es la mentalidad que nosotros
ayudamos a forjar en estudiantes, y lo que es peor, en residentes. Las advertencias de Juan Rosai en los capítulos introductorios del texto de Ackerman
nos sirvieron poco para imbuir en nuestros alumnos la idea de infalibilidad muy a la usanza de Roma. Hoy vivimos consecuencias nefastas porque los
médicos en general desconocen voluntariamente, por el facilismo de trasmitir la responsabilidad final, nuestro quehacer. Amén de abrazar las incertidumbres
que nos son tan gravosas, todavía, poco a poco descubrimos que nuestro papel no es el de no equivocarnos, algo catastróficamente lógico, sino de
aportar al paciente y sus médicos las herramientas para tomar o no una decisión informada, somos guardianes informáticos. Por este déficit, mientras
la biotecnología avanza, la prisa nos puede llevar a sacrificar herramientas que todavía son muy útiles en nuestro contexto social y económico sin haber
resuelto los problemas de fondo, uno entre otros, la inequidad en el acceso a los servicios de salud que pulula en Latinoamérica. Como una vez le
escuché a mi profesor, el Dr. Daryl Carter, «we are the last patient advocates»… y así debe ser. Gracias, doctora
Dr Mejia,
Muy sabias sus palabras , por completo de acuerdo
con usted
Muchas gracias por su comentario
Isabel