A propósito del mes de la sensibilización en la lucha contra el cáncer de mama.
No puedo precisar desde hace cuantos años octubre es mi mes favorito del año, será porque es la mitad del otoño, el calor intenso se ha ido, los días son más claros, y aun en la Ciudad de México el cielo puede verse más azul, por no hablar de la luna, que parece más grande y brillante en las noches de octubre (Sin embargo, hay expertos como Aldo Acosta, miembro de la Sociedad Astronómica de México (SAM), que niegan, que la Luna tenga una posición y apreciación característica este mes, y que puede ser más un efecto psicológico para los mexicanos, por terminar la estación de lluvias, y volver a ver brillar la luna en el cielo; yo de astronomía, ignoro todo, sin embargo en Torreón, Coahuila donde no hay temporal de lluvias durante el verano, también la luna se ve más bonita en las noches de octubre, quizá sólo sea mi apreciación personal) .
Además, es octubre el mes elegido por la Organización Mundial de la Salud, para la sensibilización en la lucha contra el cáncer de mama. Esto comenzó en Texas, Estados Unidos, realizándose ahí por primera vez la Carrera para la Cura, en octubre del año de 1983, y desde entonces, el evento se sigue realizando ahí y en otras partes del mundo; podría decirse que quizá esta fue la primera actividad que salió a las calles a promover la consciencia sobre la detección oportuna del cáncer mamario.
Mientras que el lazo rosa que identifica a la lucha, fue reconocido por primera vez durante una carrera deportiva en Nueva York, realizada en el otoño de 1991, idea que se atribuye a los representantes de la Fundación Susan G. Komen, para aludir a las víctimas de este tipo de cáncer.
De acuerdo con datos de la OMS, el cáncer de mama es el más frecuente en mujeres tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, considerando que cada año se producen 1,38 millones de nuevos casos y 458,000 muertes por cáncer de mama (IARC Globocan, 2008)
“La mayoría de las muertes (269,000) se producen en los países de ingresos bajos y medios, donde la mayoría de las mujeres con cáncer de mama se diagnostican en estadios avanzados debido a la falta de sensibilización sobre la detección precoz y los obstáculos al acceso a los servicios de salud.”
En México, según cifras de la Secretaría de Salud, cada año se reportan seis mil muertes por cáncer de mama en el país y se presentan alrededor de 23 mil casos nuevos, es decir 60 nuevos casos al día.
Esta enfermedad que vemos cada día crecer, a nuestro lado de forma desorbitante no tiene al igual que el resto del cáncer una causa única, sino que es multifactorial; se han considerado factores como la alimentación, el uso de hormonales orales, la edad de la menarca y en fechas más recientes la obesidad y el sedentarismo.
Es de llamar la atención, que cada octubre se destinan recursos para esta importante causa, y se habla mucho de la autoexploración, de la exploración médica y del uso de la mastografía.
Se menciona siempre, al menos en México, el número de mastógrafos que se han adquirido en el año, pero no he escuchado mencionar nada acerca de la calidad de imagen que se obtiene y menos del número de médicos radiólogos, capacitados para interpretar dichas imágenes.
Se habla también del diagnóstico, pero no del diagnosticador, que somos nosotros, y bueno acostumbrados estamos al “silencio”, a las “sombras” que debemos dejar de llamar “sombras” para llamar cimientos, pues es el diagnóstico que emitimos, la piedra angular para decidir el camino a seguir con las pacientes.
El que no se nos mencione, molesta, pero no por ego, sino porque no se hace consciencia del número de patólogos que hay en el país, de los insumos que necesita un laboratorio de patología, de los cursos de capacitación que necesitamos, y que no debieran ser únicamente un derecho, sino también una obligación.
La patología es como todo en medicina subjetiva, y la patología mamaria es un reto constante, una enfermedad cambiante, que sigue mermando la población de mujeres, y afectando cada vez más mujeres, y mujeres cada vez más jóvenes (dato empírico, observacional de una servidora).
Se han hecho y se hacen esfuerzos constantes a nivel internacional por parte de los patólogos para conocer a esta enfermedad, y tomarla por fin «por los cuernos», para encontrar en la morfología, en la inmunohistoquímica y en la biología molecular, la clave que nos haga vencer a este gran enemigo; sin embargo, a veces parece que damos vueltas dentro de un huracán.
Pero no por ello debemos desistir, por el contrario, insistir en la sensibilización de esta lucha, en la que vamos de la mano, con las pacientes, luchando hombro a hombro, para hacer los diagnósticos más precisos, más rápidos y con reportes histopatológicos más completos, y así ofrecer todos los factores pronósticos necesarios, para enfrentar esta enfermedad.
Octubre, mes de otoño, mes de lunas, mes rosa, mes de luchas
Saludos
Dra. Raquel Valencia-Cedillo
Coordinación de Patólogos Jóvenes SLAP
Linda y poética reflexion ! Dra Valencia
\»Queda decretado que a partir de este instante…
en todas las ventanas habrá girasoles y tendrán derecho a abrirse en el Verde donde crce la Esperanza!\»:
Thiago Mello