Maldad sin límites (más allá de la ficción)
No hay definición de maldad que deje a un lado al hombre, así se considera al mal como vulgar y siempre humano y duerme en nuestra cama y come en nuestra mesa. Novelistas, escritores, poetas de todos los siglos han sido seducidos por tal concepto y en forma tímida lo han descrito de múltiples maneras. Decía Conrad que la creencia en algún tipo de maldad sobrenatural no es necesaria ya que los hombres por sí solos ya son capaces de cualquier maldad.
El hombre por su limitante de serlo es ingenuo y puede contradecirse. ¿Porqué la estrategia con todas sus tácticas incluidas, son un arte?, pues hay que recordar que la concepción de las mismas surgieron en el campo de batalla.
Yo creo que sí hay un tipo de maldad sobrenatural y la víctima por supuesto sigue siendo el hombre. He aquí la historia:
Kushim era poseedor de una maquinaria perfecta, casi sagrada. Cada una de las partes que la componían desempeñaban una función diferente, ninguna superior a la otra, así también, todas eran vitales. La armonía, precisión y constancia caracterizaban a ese “ejército”. Todos poseían su propio espacio y uno de los grandes principios que reinaba en esa organización era el de tener descendientes en un número razonable para evitar carestías y transmitir en forma adecuada su misión ancestral.
Aunque eran múltiples grupos, todos se conocían y respetaban, no agrego más cualidades pues parecería ésta una historia de ficción y no lo es. Poseía pues, Kushim una maquinaria perfecta, gracias al trabajo de este ejército sin par.
Ocurrió un día cualquiera, de forma súbita el ejército salió de control, los diversos grupos se multiplicaron de manera exponencial, corrió la voz que nunca se supo con certeza de dónde provenía y que indicaba una misión: destruye. Una multitud desordenada se apoderaba de cualquier espacio, seres monstruosos aparecieron, que destrozaban sin piedad a los escasos grupos que quedaban de fieles. El ejército del mal ganó la batalla, Kushim perdió su maquinaria, se acostó en el valle y lanzó al infinito su último suspiro.
El reportero azorado, surgió como de un letargo profundo y me dijo con cierta molestia, pero, ¿a qué viene todo esto?, yo sólo quería que usted me respondiera, ¿qué es el cáncer?
¿Es Dios el autor de la maldad o su víctima desamparada?, oh no!, no quiero acudir otra vez a los silogismos pero, si:
1.Dios creo todas las cosas
2.El mal es una cosa
3. Por consiguiente, Dios creo el mal
Al asumir semejante conclusión acudí rápidamente a San Agustín, y me tranquilicé con su sabiduría, él se dio cuenta que hay una pregunta de suma importancia que se debe responder antes de llegar a cualquier conclusión:
¿Qué es el mal?, ¿es una cosa?, entonces la maldad no tuvo necesariamente que ser creada. Así, San Agustín nos dice:
Dios creo todas las cosas
Dios no creo la maldad
Por ende, la maldad no es una cosa
“Son varias y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre” (Leonardo da Vinci)
Cosa o no, arroja la maldad al abismo, nuestra maquinaria tendrá que detenerse de una u otra forma, entre tanto:
“Vive la vida, acepta el reto, recupera la risa, ensaya el canto, baja la guardia, extiende las manos, despliega las alas e intenta de nuevo, celebra la vida y retoma el vuelo” (Benedetti)
Dra. Isabel Alvarado-Cabrero
hola Dra Alvardo, si tiene 3 minutos , mire el video de Marina Abramovic
el video se llama
deshumanizar a una persona que no lucha
esta en facebook de TODOCOMUNICA
MARINA ABRAMOVIC
: https://es.wikipedia.org/wiki/Marina_Abramovi%C4%87
saludos
Gustavo Zanelli OLAVARRIA ARGENTINA
En tiempos de tanta carencia material (literal) la maquinaria que constituye un Laboratorio de Anatomía Patológica también puede destruirse desde adentro. Pero somos más los buenos que los malos.
Y en mi muy personal entendimiento, la maldad es la total ausencia del que creo todo. Y eso lo aprendí de un Maestro y se llama Naasón Joaquín García.
Saludos, siempre es un gusto leerla.